Era un día mágico, desperté decidida a pintarme los labios y a matar el tiempo acompañada de ilusiones, dejando que mi instinto me guiara y escuchando a mi corazón decir así: Sí, date la oportunidad, recuerda que dolió más la caída en bicicleta, después podrás ponerte a luchar contra la tristeza y con el tiempo lograrás matarla de un solo golpe, sigue caminando y matando el tiempo.
Camine y camine sin parar, era de noche… me sentía sedienta, hambrienta y cansada; encontré un lugar fuera de lo común, extraordinario para ser precisa. El menú era el más raro que había visto en mi vida, cuyo plato principal era inseguridad, miedo, terquedad, frialdad y como bebida un poco de café de Jamaica. Sabía que ese café era bastante amargo, quería algo suave, algo con aroma delicado. No lo tenían… me arriesgue y decidí tomarlo.
Ahora he descubierto una fórmula para lograr el café que quería, amor y ganas de conquistar el mundo, sencillamente eso era, pero aquel lugar no lo sabía o al menos trata de saberlo. Seguí recurriendo ese lugar extraordinario esperando que me sorprendiera más, pero ya no quería que siguiera visitándolo, me cerro las puertas al saber que había descubierto esa fórmula.
Se distancio de mi, por miedo a enamorarse de aquella que ha descubierto la fórmula, sabiendo que ese lugar es más bonito desde que aparecí, y que en el fondo de su corazón están todas las ganas del mundo de acercar lo infinito.
Cierra los ojos, déjate llevar, recuerda nuestras risas, recuerda nuestras ganas de seguir conociéndonos y deja el miedo muy lejos. Olvidar…olvida todo lo triste que el presente esta lleno de sorpresas y momentos hermosos.
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