Las horas, los minutos y los segundos se me hacían eternos para volver a verte, 1456 días (aproximadamente)
que no nos mirábamos tan cerca… Tan cerca que dolía, nos quisimos tanto,
demasiado que era difícil comenzar desde cero.
Te abrace, perdí mis brazos
en tu espalda, un abrazo que luchaba infinitamente contra el tiempo, mordí mis
labios… mis ganas de volverte a sentir entre mis brazos, congelando todo a mi
alrededor para que nadie nos viera y refugiarme en ese instante. Nos besamos
hasta saber que no todo estaba perdido, al menos para mi.
Recordamos y viajamos en el
tiempo, nos remontamos en el pasado, en cada situación que vivimos.
Fijar nuestras miradas, eso
fue lo que hicimos, 1456 días de vivir de otras caricias, tal vez por eso
disfrutamos cada momento, sabiendo que ése era el fin. El final de los finales,
nuestra despedida. El último susurro de la noche “te quiero” pero a veces no se
puede querer demasiado, lo dije… Y sonreí sarcásticamente, abrazándonos de
todas las maneras posibles.
Sí… así cómo quienes se
despiden de un camión lleno de turistas sabiendo que nunca más volverá a pasar
con las mismas personas, por la misma calle y a la misma hora, sabiendo y
recordando que no queda más que un puñado de recuerdos a olvidar.
No habrá más mensajes, no
habrá más te quiero, no habrá más primaveras, veranos, otoños y mucho menos
inviernos, NUNCA ha existido un SIEMPRE y mucho menos un AHORA, quise arañar el
tiempo, arañar cada segundo que me quedaba queriendo que fuera eterno. NUNCA
seremos más grande que el tiempo, está vez el tiempo nos venció.
Tal vez, algún día pueda que
vuelva a mirar tus ojos, tengo miedo de que no los reconozca, puede que cambie
de nombre y me dedique a amar, a escribir todo lo que viviré… Y volverme en un
olvido. Estos son sólo sueños y palabras que comienzan y terminan en ti.
Ahora soy feliz, aunque haya tenido un mal día la vida me
recuerda que tengo que hacerlo feliz.
Trato de no cepillarme el cabello, tal vez así mis cabellos largos y enmarañados
puedan atrapar los sueños y pensamientos
que salen por tus oídos.
Siempre duermo con la ventana abierta, así no me siento tan
sola, porque sé que algunos de tus pensamientos vuelan por las nubes para
colarse entre mi cama.
Sí, ya te fuiste, ahora yo comenzaré con mi búsqueda, gracias por recordarme lo que sentimos... siempre será eternamente.
ya casi me ves pues!
ResponderEliminarJajaja córrele pues que ya casi me voy a Los cabos!!!
ResponderEliminarPues te fuiste!
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